Biblia King James Version
Marcos, Capítulo 3:
- Y volvió a entrar en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
- Y lo vigilaron, si lo curaría en sábado; para que lo acusaran.
- Y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate.
- Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien o hacer mal? para salvar la vida, o para matar? Pero se mantuvieron en paz.
- Y mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de su corazón, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y lo extendió, y su mano quedó sana como la otra.
- Y salieron los fariseos y enseguida consultaron con los herodianos contra él para saber cómo destruirlo.
- Pero Jesús se retiró con sus discípulos al mar, y le siguió una gran multitud de Galilea y de Judea.
- Y de Jerusalén, de Idumea y del otro lado del Jordán; y los de Tiro y Sidón, una gran multitud, cuando oyeron las grandes cosas que hacía, vino a él.
- Y dijo a sus discípulos que le esperaran una barca a causa de la multitud, para que no lo apiñaran.
- Porque había sanado a muchos; de tal manera que lo presionaron para tocarlo, todos los que tenían plagas.
- Y espíritus inmundos, al verlo, se postraron ante él y clamaron, diciendo: Tú eres el Hijo de Dios.
- Y les ordenó enérgicamente que no lo dieran a conocer.
- Y subió a un monte, y llamó al que quería; y vinieron a él.
- Y ordenó a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar,
- Y tener poder para curar enfermedades y expulsar demonios:
- Y a Simón le puso el sobrenombre de Pedro;
- Y Jacobo, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Jacobo; y les puso por nombre Boanerges, que es, los hijos del trueno.
- Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo,
- Y Judas Iscariote, el cual también lo traicionó; y entraron en una casa.
- Y la multitud se reunió de nuevo, de modo que ni siquiera pudieron comer pan.
- Y cuando sus amigos se enteraron, salieron a prenderle, porque decían: Está fuera de sí.
- Y dijeron los escribas que descendieron de Jerusalén: Tiene a Beelzebú, y por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
- Y llamándolos, les dijo en parábolas: ¿Cómo puede Satanás echar fuera a Satanás?
- Y si un reino se divide contra sí mismo, ese reino no puede subsistir.
- Y si una casa se divide contra sí misma, esa casa no puede mantenerse.
- Y si Satanás se levanta contra sí mismo y se divide, no puede resistir, sino que tiene un fin.
- Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si antes no ata al hombre fuerte; y luego saqueará su casa.
- De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias con que blasfemen.
- Pero el que blasfema contra el Espíritu Santo no tiene jamás perdón, sino que corre peligro de condenación eterna.
- Porque dijeron: Tiene un espíritu inmundo.
- Entonces vinieron sus hermanos y su madre, y estando afuera, enviaron a llamarlo.
- Y la multitud se sentó a su alrededor, y le dijeron: He aquí, tu madre y tus hermanos afuera te buscan.
- Y él les respondió, diciendo: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?
- Y miró a los que estaban sentados a su alrededor y dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
- Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.