El Libro de Jeremías, Biblia en Audio Gratis, EN ESPAÑOL
Biblia King James Version
Jeremías 50:
Palabra que habló el SEÑOR contra Babilonia y contra la tierra de los caldeos por medio del profeta Jeremías.
Declarad entre las naciones, y publicad y poned un estandarte; publica, y no encubras: di: Babilonia ha sido tomada, Bel está confundido, Merodac está hecho pedazos; sus ídolos se avergüenzan, sus imágenes se rompen en pedazos.
Porque del norte subirá una nación contra ella, que asolará su tierra, y no habrá quien habite en ella; serán removidos, ellos partirán, hombres y bestias.
En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntos, yendo y llorando; irán y buscarán al SEÑOR su Dios.
Preguntarán por el camino de Sion, mirando hacia allá, diciendo: Venid, y unámonos al SEÑOR en un pacto perpetuo que nunca será olvidado.
Oveja descarriada ha sido mi pueblo; sus pastores lo han descarriado, lo han apartado en los montes; han ido de monte en collado, se han olvidado de su lugar de reposo.
Todos los que los hallaron los devoraron; y sus adversarios dijeron: No escandalicemos, porque pecaron contra el SEÑOR, morada de justicia, el SEÑOR, esperanza de sus padres.
Sal de en medio de Babilonia, sal de la tierra de los caldeos y sé como los machos cabríos delante de los rebaños.
Porque he aquí, levantaré y haré subir contra Babilonia una asamblea de grandes naciones de la tierra del norte, y se pondrán en orden de batalla contra ella; de allí será tomada; sus flechas serán como de valiente experto; ninguno volverá en vano.
Y Caldea será despojo; todos los que la despojarán serán saciados, dice el SEÑOR.
Porque os alegrasteis, porque os regocijáis, destructores de mi heredad, porque habéis engordado como la novilla en la hierba, y bramar como toros;
Tu madre se avergonzará mucho; la que te dio a luz será avergonzada: he aquí lo último de las naciones será desierto, tierra seca y desierto.
A causa de la ira del SEÑOR no será habitada, sino que estará completamente desolada: todo el que pase por Babilonia se asombrará y silbará de todas sus plagas.
Pónganse en orden contra Babilonia alrededor; todos los que entesan arco, disparen contra ella, no escatimen flechas, porque ha pecado contra el SEÑOR.
Griten contra ella en derredor: ha dado su mano; cayeron sus cimientos, derribaron sus muros; porque es la venganza del SEÑOR; venganza de ella; como ella hizo, haced con ella.
Corta al sembrador de Babilonia, y al que maneja hoz en el tiempo de la siega; por temor a la espada opresora, cada uno se volverá a su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.
Israel es una oveja esparcida; los leones lo arrojaron; primero lo devoró el rey de Asiria; y finalmente este Nabucodonosor rey de Babilonia quebró sus huesos.
Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel; He aquí, castigaré al rey de Babilonia y a su tierra, como castigé al rey de Asiria.
Y llevaré a Israel de nuevo a su morada, y se alimentará de Carmelo y Basán, y su alma se saciará en los montes de Efraín y Galaad.
En aquellos días y en aquel tiempo, dice el SEÑOR, será buscada la iniquidad de Israel, y no la habrá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que me reservo.
Sube contra la tierra de Merathaim, contra ella, y contra los habitantes de Pekod; destruye y destruye tras ellos, dice Jehová, y haz conforme a todo lo que te he mandado.
Ruido de batalla está en la tierra, y de gran destrucción.
¡Cómo fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡Cómo ha llegado a ser Babilonia una desolación entre las naciones!
Te puse lazo, y tú también fuiste presa, oh Babilonia, y no te enteraste; fuiste hallada y también presa, por cuanto peleaste contra el SEÑOR.
El SEÑOR ha abierto su arsenal, y ha sacado las armas de su indignación; porque esta es obra del SEÑOR DIOS de los ejércitos en la tierra de los caldeos.
Venid contra ella desde el último término, abrid sus graneros; destrúyelo como montones, y destrúyelo por completo; no quede nada de ella.
Mata a todos sus bueyes; que desciendan al matadero: ¡ay de ellos! porque ha llegado su día, el tiempo de su visitación.
Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para anunciar en Sion la venganza del SEÑOR nuestro Dios, la venganza de su templo.
Llamad a los arqueros contra Babilonia: todos los que entes el arco, acampad contra ella en derredor; que no se escape ninguno de ellos; recompensadla conforme a su obra; Haced con ella conforme a todo lo que ella hizo; porque se ha enorgullecido contra el SEÑOR, contra el Santo de Israel.
Por tanto, sus jóvenes caerán en las calles, y todos sus hombres de guerra serán talados en aquel día, dice el SEÑOR.
He aquí, yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor DIOS de los ejércitos; porque ha llegado tu día, el tiempo en que te visitaré.
Y el más soberbio tropezará y caerá, y nadie lo levantará; y prenderé fuego en sus ciudades, y consumirá todo lo que lo rodea.
Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Los hijos de Israel y los hijos de Judá fueron oprimidos a una; y todos los que los llevaron cautivos los retuvieron; se negaron a dejarlos ir.
Su Redentor es fuerte; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; él defenderá su causa, para dar reposo a la tierra y turbar a los habitantes de Babilonia.
Espada contra los caldeos, dice el SEÑOR, y contra los habitantes de Babilonia, y contra sus príncipes y sus sabios.
Espada sobre los mentirosos; y adorarán: espada contra sus valientes; y quedarán consternados.
Espada sobre sus caballos, y sobre sus carros, y sobre todo el pueblo mezclado que está en medio de ella; y serán como mujeres: espada sobre sus tesoros; y serán robados.
Sequía sobre sus aguas; y se secarán, porque es tierra de esculturas, y sus ídolos están locos.
Por tanto, las fieras del desierto y las fieras de las islas habitarán allí, y las lechuzas habitarán en ella; y nunca más será habitada; ni será habitada de generación en generación.
Como Dios destruyó Sodoma y Gomorra y sus ciudades vecinas, dice el SEÑOR; y nadie morará allí, ni hijo de hombre habitará en él.
He aquí, un pueblo vendrá del norte, y una gran nación, y muchos reyes se levantarán de los confines de la tierra.
Llevarán arco y lanza; serán crueles, y no tendrán misericordia; su voz rugirá como el mar, y cabalgarán sobre caballos, todos en orden, como hombre para la batalla, contra ti, ¡Oh hija de Babilonia!
El rey de Babilonia oyó la noticia de ellos, y sus manos se debilitaron; angustia se apoderó de él, y dolores como de mujer de parto.
He aquí, él subirá como un león de la hinchazón del Jordán a la morada de los fuertes; pero de repente los haré huir de ella; ¿y quién es un hombre escogido para que pueda nombrar sobre ella? porque quien es como yo? y quien me dira el tiempo? ¿Y quién es ese pastor que estará delante de mí?
Por tanto, oíd el consejo de Jehová que ha tomado contra Babilonia; y sus propósitos, que se propuso contra la tierra de los caldeos: Ciertamente los más pequeños de las ovejas los sacará; Ciertamente hará desolación su morada con ellos.
Al estruendo de la toma de Babilonia se conmovió la tierra, y el clamor se oyó entre las naciones.