Biblia King James Version
Deuteronomio 32:
- Escuchad, cielos, y hablaré; y oye, tierra, las palabras de mi boca.
- Mi doctrina caerá como la lluvia, mi palabra destilará como el rocío, como la lluvia sobre la hierba tierna, y como la lluvia sobre la hierba.
- Porque voy a publicar el nombre del SEÑOR; atribuid grandeza a nuestro Dios.
- Él es la Roca, su obra es perfecta: porque todos sus caminos son juicio: un Dios de verdad y sin iniquidad, justo y recto es él.
- Se han corrompido, su mancha no es la mancha de sus hijos; son una generación perversa y perversa.
- ¿Así pagáis al SEÑOR, pueblo necio e insensato? ¿No es el padre tuyo que te compró? ¿No te hizo él y te estableció?
- Acuérdate de los días de antaño, considera los años de muchas generaciones; pregunta a tu padre, y él te lo mostrará; tus ancianos, y ellos te lo dirán.
- Cuando el Altísimo dividió a las naciones su herencia, cuando separó a los hijos de Adán, estableció los límites del pueblo según el número de los hijos de Israel.
- Porque la porción del SEÑOR es su pueblo; Jacob es la porción de su herencia.
- Lo encontró en tierra desértica, y en el desierto aullador y desolado; lo condujo, lo instruyó, lo mantuvo como a la niña de sus ojos.
- Como el águila que agita su nido, revolotea sobre sus crías, extiende sus alas, las toma, las lleva sobre sus alas.
- Y el SEÑOR solo lo condujo, y no hubo dios extraño con él.
- Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra, para que comiera las cosechas de los campos; y le hizo chupar miel de la peña y aceite del pedernal;
- Mantequilla de ganado y leche de oveja con grasa de cordero, y carneros de la raza de Basán y de cabras, con grasa de riñones de trigo; y bebiste la sangre pura de la uva.
- Pero Jesurún engordó y pataleó: engordaste, engrosaste, engordaste; luego abandonó a Dios que lo hizo, y tuvo en poca estima la Roca de su salvación.
- Lo provocaron a celos con dioses extraños, con abominaciones lo provocaron a ira.
- Ofrecieron sacrificios a los demonios, no a Dios; a dioses que no conocían, a dioses nuevos recién surgidos, a quienes vuestros padres no temieron.
- De la Roca que te engendró, olvidaste al Dios que te formó.
- Y cuando el SEÑOR lo vio, los aborreció, a causa de la irritación de sus hijos y de sus hijas.
- Y él dijo: Ocultaré de ellos mi rostro, veré cuál será su fin; porque son una generación muy perversa, hijos en los que no hay fe.
- Me han movido a celos con lo que no es Dios; me han provocado a ira con sus vanidades; y los moveré a celos con los que no son pueblo; Los provocaré a ira con una nación insensata.
- Porque un fuego se enciende en mi ira, y arderá hasta las profundidades del infierno, y consumirá la tierra con sus frutos, y prenderá fuego los cimientos de los montes.
- Les amontonaré males; Gastaré mis flechas sobre ellos.
- Serán quemados de hambre, y consumidos con ardor y con amarga destrucción; también enviaré sobre ellos dientes de bestias, con veneno de serpientes del polvo.
- La espada por fuera y el terror por dentro destruirán tanto al joven como a la virgen, y también al que amamanta con el hombre de las canas.
- Dije: Los esparciría por los rincones, haría cesar su recuerdo de entre los hombres:
- Si no fuera porque temía la ira del enemigo, no fuera que sus adversarios se comportaran de manera extraña, y no dijeran: Nuestra mano es alta, y el SEÑOR no ha hecho todo esto.
- Porque son una nación sin consejo, ni hay en ellos entendimiento.
- ¡Ojalá fueran sabios, que entendieran esto, que tuvieran en cuenta su fin último!
- ¿Cómo perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiera vendido y el SEÑOR los hubiera encerrado?
- Porque su roca no es como nuestra Roca, incluso nuestros enemigos mismos son jueces.
- Porque su vid es de la vid de Sodoma y de los campos de Gomorra; sus uvas son uvas de hiel, sus racimos amargos.
- Veneno de dragones es su vino y veneno cruel de áspides.
- ¿No tengo esto guardado conmigo, y sellado entre mis tesoros?
- Mía es la venganza y la recompensa; su pie resbalará a su debido tiempo, porque el día de su quebrantamiento está cerca, y lo que les ha de sobrevenir se apresura.
- Porque el SEÑOR juzgará a su pueblo, y se arrepentirá por sus siervos, cuando vea que su poder se acaba, y no hay nadie encerrado ni dejado.
- Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, su roca en quien confiaron?
- ¿Quién comió la grasa de sus sacrificios y bebió el vino de sus libaciones? que se levanten y te ayuden, y sean tu protección.
- Mira ahora que yo, incluso yo, soy él, y no hay dios conmigo: yo mato y doy vida; Yo hiero y curo, y no hay quien pueda librar de mi mano.
- Porque alzo mi mano al cielo y digo: Vivo para siempre.
- Si afilo mi espada reluciente, y mi mano se aferra al juicio; Daré venganza a mis enemigos y recompensaré a los que me aborrecen.
- Embriagaré de sangre mis flechas, y mi espada devorará carne; y eso con la sangre de los muertos y de los cautivos, desde el principio de las venganzas sobre el enemigo.
- Alégrense, naciones, con su pueblo, porque él vengará la sangre de sus siervos, se vengará de sus adversarios y tendrá misericordia de su tierra y de su pueblo.
- Y vino Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Oseas hijo de Nun.
- Y Moisés terminó de decir todas estas palabras a todo Israel:
- Y les dijo: Poned vuestro corazón en todas las palabras que hoy testifico entre vosotros, las cuales mandaréis a vuestros hijos que guarden que cumplan, todas las palabras de esta ley.
- Porque no es cosa vana para ti; porque es vuestra vida; y por esto prolongaréis vuestros días en la tierra a la cual pasaréis el Jordán para poseerla.
- Y el SEÑOR habló a Moisés ese mismo día, diciendo:
- Sube a este monte Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, enfrente de Jericó; y he aquí la tierra de Canaán, que doy en posesión a los hijos de Israel:
- Y muere en el monte al que subes, y sé reunido con tu pueblo; como murió Aarón tu hermano en el monte de Hor, y fue reunido a su pueblo,
- Por cuanto pecasteis contra mí entre los hijos de Israel en las aguas de Meribá Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel.
- Sin embargo, verás la tierra delante de ti; pero no irás allá a la tierra que yo doy a los hijos de Israel.